Tras ser eliminado de un festival, el cantante Luigi Tenco se fue a su hotel, escribió una nota y se suicidó. O eso parecía. Nuevas investigaciones pueden cambiar la historia 50 años después
La noche del 26 al 27 de Enero de 1967 el cuerpo del cantautor Luigi Tenco apareció ensangrentado y sin vida en la habitación 129 del Hotel Savoy de Sanremo.
La versión oficial concluyó que Tenco se había quitado la vida con un tiro en la cabeza durante el Festival de San Remo de aquel año después de ser eliminado.
Pero distintas investigaciones posteriores han convertido la muerte de Tenco en uno de los misterios más oscuros del festival transalpino que se celebra hasta este sábado en la ciudad italiana.
“Esta es la última canción que canto”, dijo misterioso Luigi Tenco a Mike Bongiorno, histórico presentador de la televisión italiana y conductor del Festival de San Remo de 1967, antes de salir al escenario junto a Dalida , la diva francesa de origen italiano con la que interpretó Ciao amore ciao. Tras la actuación, la crítica fue unánime: aquella no fue la mejor noche de ninguno de los dos.
El miedo escénico que sufría el cantante le llevó a mezclar tranquilizantes y alcohol para poder enfrentarse al implacable público de San Remo, capaz de abuchear hasta el infinito a los artistas si la actuación no se considera a la altura. Una vez fuera del escenario, Dalida se mostró furiosa con su compañero. La canción fue eliminada.
El cantautor se retiró a su hotel. Esa misma noche se desahogó por teléfono con su amante, una joven estudiante romana de nombre Valeria con la que mantenía una relación en secreto. A ella le confesó que todo había sido una farsa, que el festival estaba amañado y que al día siguiente convocaría una rueda de prensa para hacer públicas sus sospechas. Es poco más de medianoche.
Un par de horas más tarde Dalida se dirigió a la habitación de su compañero –junto al que planeaba casarse como estrategia de márketing-- y encontró el cuerpo sin vida del cantante. Tenco se había pegado un tiro. Junto al cadaver había una nota de despedida: “He querido al público italiano y le he dedicado inútilmente cinco años de mi vida.
Hago esto no porque esté cansado de la vida (todo lo contrario) sino como acto de protesta contra un público que manda 'Io te e le rose' en final y una comisión que selecciona 'La rivoluzione'. Espero que sirva para aclarar las ideas a alguien. Ciao Luigi”.
Las horas posteriores al aparente suicidio del cantautor fueron un despropósito. El comisario jefe de Sanremo, Arrigo Molinari, encargado de la investigación y relacionado con la logia masónica P2 y la llamada mafia marsellesa –que en aquel entonces operaba entre Francia e Italia--, informó a los medios de comunicación del suicidio del cantante desde su propia casa, antes incluso de llegar al hotel y ver el cadaver.
La policía procedió a retirar el cuerpo rápidamente pero cuando llegaron a la morgue se dieron cuenta que habían olvidado hacer las fotos necesarias para la investigación. Así que regresaron al hotel con el cuerpo e intentaron reproducir la escena. El médico certificó la muerte del cantante pero en su informe escribió que no había sido posible identificar el orificio de salida de la bala, por lo que se consideraba que el proyectil se había quedado dentro de la cabeza. No se llevó a cabo ninguna autopsia.
“Existen demasiadas contradicciones que hacen que la hipótesis del suicidio resulte inverosímil”, explica a Vanity Fair Riccardo Mandelli, autor junto a Romano Lupi del Libro negro de San Remo (Editorial Odoya), donde analizan los misterios que han rodeado al festival a lo largo de casi setenta años. “Para empezar nadie oyó el disparo, ni siquiera Lucio Dalla que estaba en la habitación de al lado.
No se sabe con certeza quién encontró el cuerpo ni porqué el comisario llamó a los periodistas antes de ver el cadaver de Tenco. La policía requisó algunas cosas de la habitación pero no se llevó la pistola, según figura en un primer informe. En la mano del cantante tampoco se encontraron restos de pólvora. Y sin embargo la versión oficial continua siendo el suicidio”, dice Mandelli.
Durante años han circulado distintas versiones contradictorias sobre aquella noche. Hay quien señaló directamente como autora del crimen a la propia Dalida o a su entorno. La diva francesa había estado casada con un conocido personaje de la mafia marsellesa, Lucien Morisse, que justo había llegado a San Remo la noche anterior, el mismo día en el que se había hecho público el anuncio de su futura boda con Tenco.
¿Un artista incómodo?
¿Pero quién habría tenido interés en acabar con la vida del cantante? “Tenco era un personaje que habría podido hacer explotar un escándalo si hubiese querido”, explica Mandelli. “Tenía una doble personalidad: por una parte era un intelectual de izquierdas, autor de canciones protesta; por otra no estaba satisfecho con su carrera, sufría cuando cantaba delante del público y quería dedicarse sólo a componer música.
Tenga en cuenta también que el propietario de su casa discográfica era el IOR, la banca vaticana, que en aquellos años sirvió para reciclar el dinero del tráfico de droga entre Italia y Estados Unidos. Es todo un gran agujero negro pero el suicidio es la última cosa creíble”.
En 2005 la Fiscalía de San Remo ordenó exhumar el cadaver. Durante la autopsia se encontró el orificio de salida del proyectil en el cráneo que no había sido señalado por el primer médico en 1967. El caso se cerró un año más tarde sin ninguna novedad.
Una investigación de los periodistas Nicola Guarnieri y Pasquale Ragone en 2013, publicada en el libro Las sombras del silencio. ¿Suicidio o delito? (Editorial Castelvecchi) , afirmó que la bala de la pistola que mató a Tenco, que había comprado un par de semanas antes porque aseguraba sentirse en peligro, procedía de un arma distinta a la que apareció junto a su cuerpo y que supuestamente habría utilizado para acabar con su vida.
“Se ha hablado de drogas, de deudas y de mafia. Pero también de la implicación del gobierno italiano. La sospecha es que en aquella época, alguien –gente con influencia en el mundo el espectáculo y con fuertes nexos con movimientos subversivos de derechas– utilizasen artistas poco sospechosos para facilitar el intercambio y transporte de información entre distintos países ”, escriben los autores en el libro. Dos años después el caso fue reabierto pero acabó siendo archivado poco después.
Lo cierto es que tras la muerte del cantante las personas que le rodearon en vida tampoco tuvieron un final feliz. Lucian Morisse, el ex marido de Dalida, se suicidó en 1970 de un tiro en la cabeza con una pistola igual a la utilizada por Tenco. ¿Y el enigmático comisario Arrigo Molinari? Tampoco murió de vejez sino acuchillado en 2005, oficialmente víctima de un robo. Ferdinando Molteni, autor de El último día de Luigi Tenco (Giunti Ediori) , insinua en su libro que probablemente el cantautor no murió en la habitación del Hotel Savoy sino que fue asesinado en otro lugar y su cuerpo trasladado hasta el hotel más tarde.
El festival de los misterios
Los misterios siempre han rodeado al Festival de Sanremo, una cita imprescindible cada año para millones de italianos que regalan cifras millonarias –sólo comparables con una gran final deportiva– a la RAI, la televisión pública italiana encargada de retransmitirlo. El de Tenco no es el único. En El libro negro de Sanremo Riccardo Mandelli y Romano Lupi reconstruyen la red de criminalidad organizada que gestionaba el tráfico de drogas alrededor del casino donde se celebró el festival hasta 1978.
Uno de los personajes más influyentes de la época era el conocido mafioso italoamericano Joe Adonis, amigo íntimo de Frank Sinatra, que había sido expulsado de Estados Unidos en los años 50. “Era un personaje muy bien relacionado con el mundo del espectáculo, con Hollywood, con Las Vegas, y con Cosa Nostra”.
Adonis se encargaba de favorecer el tráfico de drogas entre Italia y Estados Unidos, pero su mayor obsesión era la de impulsar la carrera de Mina en el mercado norteamericano. Hacer de la diva italiana la nueva Frank Sinatra. “Pero ni el padre de la cantante ni ella misma aceptaron. Adonis se enfadó muchísimo. Y poco tiempo después el primer marido de Mina murió en Estados Unidos en un misterioso accidente de tráfico ”, cuenta Mandelli.
Cosa Nostra quería convertir San Remo en el centro de la diversión en Europa, una especie de Las Vegas transalpina que compitiera con la Costa Azul. Alrededor del casino –y del festival– había mucho dinero en juego. “El Festival de San Remo nació como instrumento para entretener a los clientes del casino de la ciudad, que había sido creado por la masonería.
Y se apostaban cifras muy muy importantes durante el concurso”, explica Mandelli. Quizá una apuesta o un mal negocio pudo estar detrás de la desaparición de Luigi Tenco.
Cincuenta años después, la versión oficial continua siendo el suicidio. “Italia está llena de versiones oficiales que no se tienen en pie”, dice Mandelli. “Es un país misterioso esta Italia”
Fuente: Vanity Fair
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