Por Flavio Patricio Aranda | A 102 años de la primera transmisión radial programada del mundo, recordemos el rol que cumplió en medio de un momento difícil e histórico para la humanidad: la pandemia y el distanciamiento social que generó. En el año que cumplió su centenario la radio nos mostró que cada día está más viva
* Escrito a mediados de 2020 con motivo del centenario de la radiodifusión argentina
Hace no mucho tiempo, se decía que la radio iba a desaparecer. Cuando hablo de radio me refiero al clásico formato de emisión sonora de un contenido determinado, destinado a informar o entretener a una persona, a través de ondas de amplitud modulada (AM), frecuencia modulada (FM) o internet (streaming). Estos últimos formatos sumando cada vez más adeptos de todas las edades.
Recuerdo cuando me contaron que se comenzó a anunciar la extinción de la radio. Primero iba a desaparecer el formato AM, aún vigente en Argentina y varios países del mundo, luego la FM, hoy total dominante a nivel mundial. Estas teorías tuvieron sus primeros desarrollos cuando se estableció la televisión durante los años de 1960, luego cuando la música llegó a la pantalla con videoclips, esto a mediados de 1981 con el inicio de transmisiones de la señal MTV en Estados Unidos, cadena que arribó a Latinoamérica en 1993. Más de 50 años han pasado, aún hoy ambos formatos sobreviven frente a la dominación de la televisión y la invasión de internet.
La radio en medio del confinamiento por la pandemia de Covid-19 ha logrado democratizar e igualar socialmente, además de mostrarse como una opción de acompañamiento fiel para quienes se encuentran en solitario. Por todo eso y más, deberíamos aprovechar el marco histórico que estamos atravesando para revalorizar este importante instrumento comunicacional que tenemos. Pareciera que cuando surge un problema la radio se levanta para mostrarnos que sigue viva, que siempre estuvo ahí.
Hoy la radiofonía se encuentra cumpliendo un rol social destacado tras las desigualdades y diferencias culturales que se profundizan por la crisis sanitaria y económica. En relación, como ejemplo, puedo mencionarles una noticia que llega desde la localidad chaqueña de Juan José Castelli. Profesionales utilizan emisoras de radio para traducir las medidas de prevención del Covid-19 a la comunidad Qom. “En estos momentos nos invitan para hablar de coronavirus, pero también hemos hablado de otras enfermedades crónicas que predominan en esta zona de Chaco. Particularmente he ido a varias radios para enseñar acerca de estas enfermedades y cómo hacer trabajos de prevención”, expresó al respecto el Dr. Julio Gonzáles, miembro de la comunidad encargado de la misión, en Aire Libre de Rosario.
Por otro lado, radios nacionales y privadas le seden espacios a docentes para que dicten apoyo escolar a distancia, además de tener el gobierno un programa propio, todo destinado a poblaciones sin acceso a otras herramientas. Esto no solo sucede en nuestro país, son innumerables los casos similares en América Latina y el mundo. En Perú, la emisora La Voz de la Selva, ubicada en la Amazonía, intenta durante toda su programación hacer llegar sugerencias a las poblaciones indígenas para la prevención del coronavirus, así lo marca un reciente informe publicado en Vatican News.
La radio también cumple un papel destacado en el entretenimiento. En este tiempo de excesos y agotamiento de pantallas, productores y actores buscan revivir el radioteatro. Un formato que tuvo éxito absoluto en el país desde fines de 1930 hasta mediados de 1960. En el Litoral argentino la idea es un hecho. Santafesinos y paranaenses lanzaron ciclo de radioteatro en cuarentena, se trata del Grupo Eclíptica Teatral. Se encuentran realizando dos obras, la comedia "Los ricos tienen coronita" y el thriller "La habitación 13", con presentaciones en varios medios del país. Algo similar sucede en Tucumán, actores del Teatro Estable de la Provincia, el Ente Cultural de Tucumán y LRA 15 Radio Nacional Tucumán presentan "La Loba" de Francisco Defilippis Novoa, una obra compuesta de 20 capítulos, que se transmite de lunes a viernes en la última media hora de cada día.
¿Cuál podría ser la diferencia entre radio y televisión en medio del aislamiento social? Al menos en nuestro país, la mayoría de las propuestas de “la pantalla chica” pasan por programas fijos, fríos, casi con nulo espacio para la participación de su audiencia y la mayoría de las producciones son “enlatadas”, es decir, grabadas y no en directo. La radio nos ofrece en su pluralidad todo lo contrario. Encontramos en ella múltiples propuestas, el vivo y los espacios de participación, justamente lo que más necesitamos en este tiempo de confinamiento.
Por otro lado, y ahora hablando desde lo estructural, tras la reducción de personal que han sufrido muchas estaciones radiales por el aislamiento social y preventivo, aparecieron importantes soportes para lograr una simultaneidad de conexiones entre estudios domésticos y así llegar a la transmisión de un programa con todos sus actores y no alterar la habitual propuesta hacia el oyente. Aquí llega el momento de la valorización de internet, otra vez, para la radiofonía.
Creo que la radio no corre riesgo de desaparecer, sino que, con los avances tecnológicos y contextos históricos que se van presentando, se potencia para permanecer.
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